martes, 25 de septiembre de 2007

Ética y Religión
Rocío García Solano

La religión es la relación entre el hombre y Dios. Es, sobre todo, una práctica, una vivencia personal, un contacto íntimo de la persona con un Ser infinito, del cual procede y ante el cual puede ponerse en presencia. En ocasiones, esta experiencia tiene un carácter afectuoso sumamente gratificante y reconfortante. Lejos de constituir una alineación o una evasión, la experiencia religiosa es el acto que otorga a la persona humana su máxima distinción y dignidad.
Por otro lado la palabra religión alude también a una serie de principios, conceptos, valores, preceptos y ritos que supuestamente contactan al hombre con Dios. Estamos hablando ahora de la religión en cuanto institución. En este momento se puede distinguir una variedad enorme de religiones. Cada una tiene sus propios conceptos, dogmas, prescripciones y ritos.
Ahora una persona que mantiene un contacto íntimo con Dios, sea dentro o fuera de una institución, normalmente obtiene en ese contacto la guía personal de su conducta correcta. En la profundidad de la persona humana se contacta simultáneamente el Ser absoluto, el terreno de los valores y, por si fuera poco, la fortaleza para conducirse en la vida cotidiana. La religión institucionalizada contiene una serie de preceptos; muchos de ellos con altísimo valor moral, como puede ser la caridad, la humildad, el sentido comunitario, la compasión, la piedad, etc. Ahora bien cuando reconozcamos el valor moral de los preceptos originados en la esfera religiosa, el estudio de la Ética prescindirá de dicho origen y analizará las normas éticas exclusivamente dentro de un marco científico y filosófico.
Así pues la Ética y la Religión guardan una muy estrecha relación. Sin embargo, la Ética científica y filosófica procuran mantener su autonomía con respecto a las normas morales que pueden surgir, y de hecho han surgido, a partir de la Religión sea ésta una vivencia o una institución.

No hay comentarios: