miércoles, 19 de septiembre de 2007

Futuro de las profesiones de Rumbo

SENTIDO Y FUTURO DE LAS PROFESIONES.

Pero no se vea lo dicho como una manifestación de temor, de miedo ante un futuro incierto o como una forma de lucha inútil por preservar una serie de prebendas corporativas. Nada de eso; pues al cabo nuestra profesión es consciente de que, a lo largo de su historia, no siempre ha contado con bordes precisos, y ha debido encontrar su lugar no sin notable esfuerzo. Y es precisamente esa razón de ser, ese modo histórico de querer ser y de querer llegar a ser, ese peculiar êthos de esta profesión que somos, ciertamente tan peculiar en nuestro suelo, el que nos debe colocar ante el futuro con un espíritu especial de entusiasmo y de esperanza; porque si hay algo que la historia de esta profesión nos enseña es que el Aparejador, el viejo Alarife de la villa de Madrid, ha sabido abrirse un brillante camino en el gremio de la construcción a lo largo del tiempo.

La profesión, pues, entendida como camino, como función o forma de actuar que ya en el siglo XVII requería una especialización, unos conocimientos y una preparación nada común, o como profesión abierta, polivalente y empeñada en su futuro, son y deben seguir siendo los caracteres profesionales que, ya impresos desde su inicio, ahora, Bolonia a la vista, nos retornan como la imagen especular de lo que hemos sido, de lo que somos y tal vez de lo que seremos.

Y para eso merece la pena repetir una idea que me parece básica: nuestra profesión no es un accidente histórico ni el resultado de una caprichosa legislación, cuyo objeto fuera el de salvaguardar los medrosos intereses de una casta. Nuestro quehacer obedece, y es, una inveterada función en el proceso productivo de una de las industrias más antiguas: la construcción. Con independencia de las formas que ha tenido en cada momento, esa función y no sé nombrarla mejor que con el adjetivo de Aparejador- constituye un carácter, un conjunto de cualidades o circunstancias profesionales que nos distingue por nuestro modo de ser y de obrar ante otras, un éthos cuya rústica caligrafía está escrita en el pasado y cuyo texto rescribimos continuamente sobre esa base, día a día.

No cabe duda que el mercado de trabajo del futuro, y las nuevas profesiones y ocupaciones que vayan surgiendo, tendrán que ser cualitativamente distintas de las actuales, pero se empiezan a configurar a partir de buena parte de los avances que ya conocemos y con los que vamos conviviendo. Por citar algunos ejemplos, los estudios antes citados apuntan a la aparición de dos nuevos ámbitos de empleo, en cuanto al volumen de oferta realizado por las empresas, y que se concreta en los "telecomunicólogos", profesionales especializados en la conexión extensa de ordenadores y diversos dispositivos electrónicos por medio de redes de telecomunicaciones, vía satélite, cada vez más complejas, rápidas y eficientes que transportarán la información, materia prima de los empleos y trabajos, a cualquier sitio del planeta, por recóndito que sea. Existirá igualmente un amplio volumen de oferta de empleo vinculada a los denominados "ingenieros moleculares", especialistas en diseño y manipulación de nuevos materiales, desde las cerámicas y aleaciones especiales, hasta las fibras sintéticas. Dos ejemplos de lo que se avecina en el futuro, no tan lejano, por cuanto algunas de estas ocupaciones ya se consolidan como realidad en los países tecnológicamente mas avanzados en la actualidad.

COMENTARIO PERSONAL.

Yo pienso que si tiene mucho sentido y futuro las profesiones ya que el estudio es la mejor herramienta que podamos tener para el futuro es por eso que debemos de ponerle mucho sentido a nuestra carrera y prepararnos día a día para tratar de ser mejores como profesionistas pero también ala vez como personas y también seria bueno decirlo para que tengamos un país mejor y un buen futuro sin problemas.

JOSE MANUEL RUMBO LEYVA. DERECHO.

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