martes, 4 de septiembre de 2007

ETICA Y DERECHO de Pablo

el Derecho es mal concebido con mucha frecuencia como simplemente el brazo
armado de la Ética, como un sistema de prohibiciones basado en los
imperativos morales a fin de que la sociedad se comporte en forma correcta.

Por eso, cuando la creatividad del hombre parece orientarse hacia caminos
que pueden ser destructivos, cuando la investigación científica parece
salirse de los límites morales, mucha gente se vuelve hacia el Derecho a fin
de que colabore con su fuerza coercitiva en poner barreras a esas conductas
que se consideran peligrosas e inmorales.

Sin embargo, las relaciones entre la moral y el Derecho son algo más
complicadas. Y por eso es conveniente que nos preguntemos sobre la
naturaleza y las funciones del Derecho: ¿es realmente el Derecho algo así
como el Ministerio de Gobierno y Policía de la Ética? ¿El derecho es
simplemente un instrumento imperativo de represión moral de las conductas
sociales? Y aun si no fuera solamente ése su papel, ¿puede imponer el
Derecho limitaciones a las actividades de los hombres en nombre de la Ética?

De acuerdo con lo dicho, el Derecho no puede pretender hacer buenos a los
hombres. Se propone a lo sumo que no sean socialmente malos; y aun este
objetivo moderado no tiene un alcance general que abarque todas las
dimensiones del ser humano sino que se concreta a ciertas circunstancias
especiales que se sitúan dentro del marco de la vida social.

Sin embargo, es preciso tener muy en claro que el Derecho no es simplemente
un sistema de prohibiciones que se limitan a decir en forma imperativa lo
que no se puede hacer. En otras palabras, el Derecho no es el brazo armado
de la Etica. Su estructura no es la de una lista de impedimentos
determinada por la moral. Más bien, el Derecho es ante todo una forma de
organización. Por ese motivo, el Derecho no puede ser visto en negativo
como la expresión de un "no" reiterado que pretende una estabilidad moral,
sino que hay que verlo en positivo, como una compleja red de coordinaciones,
prohibiciones y facilitaciones que se orientan a posibilitar un orden
dinámico. Es por ello también que es un error atribuírle al Derecho una
estructura dual basada simplistamente en lo lícito y lo ilícito, lo
permitido y lo prohibido.

En realidad, el Derecho es ante todo y sobre todo una forma de organización
de las conductas sociales. Y ésto no se puede perder de vista cuando
analizamos sus relaciones con la moral.

Una aclaración se impone. Aparentemente, una tal afirmación confirmaría que
el Derecho es en verdad una manera como la moral se hace pública y se impone
coercitivamente. Porque si el Derecho organiza las conductas sociales,
requiere un criterio para hacerlo, una guía que determina cuáles son las
conductas admisibles y cuáles las inadmisibles. En consecuencia, es la Ética
la que le otorga su sustento.


Bibliografia: Ética y Derecho, Fernando de Trazegnies Granda


--
Pablo Lascurain

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Pablo Lascurain

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