miércoles, 13 de mayo de 2009

LA CULTURA ACTUAL Y LA GRAN CIUDAD

"LA CULTURA ACTUAL Y LA GRAN CIUDAD"

1.1. El lugar de las oportunidades.

La gran ciudad es el lugar donde, se dice, las posibilidades son ilimitadas. Aparece -sobre todo a los ojos o impresión psicológica del que procede del medio rural o de la pequeña ciudad- como el lugar de las inmensas posibilidades. La gran ciudad reúne comercio e industria, enseñanza y ocio, espectáculos y servicios, desde sus grandes anuncios parece ofrecer a todos, especialmente al recién llegado, la ocupación, el trabajo o el disfrute que le es negado o escasea en otros ámbitos menores o rurales.

Ser el lugar de las posibilidades equivale también a decir que la ciudad aparece como el lugar de la realización personal y colectiva. El lugar para ser hoy y para realizarse como persona en la sociedad actual.

Lo que a menudo se oculta tras esta primera fascinación de la ciudad como lugar que reúne prácticamente todo lo que se puede desear para ser, es que sólo unos pocos lo alcanzan. La mayoría tiene que pagar un alto precio de renuncia, soledad, disciplina, dureza de vida y, frecuentemente, de exclusión social.

En éste párrafo se define como esta la actualidad recientemente, es decir en que punto se encuentra, como lo dice el subtítulo el lugar de las oportunidades, en donde la gran ciudad es un lugar donde se dice que las posibilidades son ilimitadas, pero es donde se encuentra toda la tecnología y lo más importante en estos tiempos o que por lo menos es lo que sobresale más como el comercio, los espectáculos y servicios, las grandes industrias como aquí en México se distinguen las grandes ciudades por su crecimiento industrial que serian el Distrito Federal como principal por lo grande que es y donde se encuentra todo pero así como es de grande, también así de pocas son las posibilidades de poder crecer en él, otras ciudades clasificadas como Monterrey y Guadalajara, las cuales han crecido favorablemente pero todo sigue centrándose en realizarse como persona en la sociedad que vivimos actualmente es decir hay que pagar un alto precio, hay que pertenecer a cierto tipo de clase social, hay que lucir físicamente como una persona que no carece de posibilidades, hay que tener contactos si quieres sobresalir o subir algún rango, muchos intermediarios que no son precisamente éticos y sobre todo la discriminación que existe hacia las personas que no tienen el privilegio de gozar de una buena economía.

1.3. La ciudad "sociedad de sensaciones".

G.Schulze ha denominado a nuestra sociedad actual "sociedad de sensaciones", es decir, lugar donde los individuos viven en medio de un haz de degustaciones de vivencias que golpean incansablemente su paladar vital. La cultura de los "medios de comunicación de masas", de la "sociedad de la información" y del espectáculo, ofrecen modas, gustos y sabores que uniforman nuestro mundo en una suerte de globalización cultural. Es una cultura de tono juvenil y trivial, hecha alrededor de divos y canciones, "hit-parades", "blue jeans" y hamburguesas, modas de usar y tirar. Una auténtica "Mcdonaldización " de la cultura que se visualiza y tiene su lugar de representación más claro en la gran ciudad.

La mayoría de la juventud -con estratos y participación diversa en cantidad y cualidad- está presa de este tipo de "cultura". Favorece las sensaciones más que la reflexión; crea una suerte de individuo acostumbrado a la visualización o percepción sensitiva y emocional de las cosas. La rapidez y cambio- o variaciones sobre lo mismo- de divos, canciones, modas, etc. crea la sensación de que estamos ante la novedad inagotable de las cosas. Se ha llegado a decir (K. Lehmann), que estamos por primera vez ante la posibilidad de ahogar la insatisfacción inherente a la condición humana en la perspectiva de la degustación indefinida e inacabable de novedades. Una verdadera revolución antropológica y alternativa a la religión mediante lo que podemos denominar una "estetización presentista"; una "religiosización secular", consumista, que adopta versiones elitistas en las clases altas e imitaciones en las más bajas, pero que produce por doquier desideologización y escapismo existencial en el consumismo de sensaciones y juega peligrosamente con la vida en el experimentalismo con la droga.

Más claro aparece, con todo, que esta cultura típica de la sociedad actual y de la globalización cultural, roba la capacidad de reflexión y de distancia que posibilitan la crítica, el discernimiento y la asimilación personalizada. No hay tiempo para el discernimiento, se vive presa del alud de sensaciones y del torrente de emociones y novedades. Desde este punto de vista este tipo de cultura de consumo de sensaciones es radicalmente "in-trascendendente", es decir, idólatra, en el sentido de que las cosas quedan en el juego de los espejos de las imágenes de la inmanencia, sin permitir que pasen o caigan más allá de sí mismas.

Desde este punto de vista la cultura de "la sociedad de sensaciones" que predomina en la ciudad es poco propicia para la profundización humana, consiguientemente para la religión, y predispone a un tipo de religiosidad muy centrada en el individuo y de la degustación de lo sagrado.

En éste párrafo nos deja muy claro como la sociedad nos ha dejado llevar tanto por la moda y todas las tendencias nuevas que surgen al mercado, somos unos esclavos de la mercadotecnia, en mi caso yo estudio mercadotecnia y se que es una carrera difícil de explicar en éstos tiempos porque todo mundo lo toma como una carrera en la que los mercadólogos se encargan de engañar a la gente con su publicidad, que son poco éticos, etc., lo cual existe pero también existe la otra parte de la mercadotecnia en donde existen programas como la profeco que defiende los derechos del consumidor, y obviamente todo depende de cada persona, hay gente que la va a mover más el dinero sin importarle nada y hay gente que realmente hace campañas publicitaras y existe una buena mercadotecnia, sólo es la decisión de cada persona de tomar el rumbo que prefiera, es ahí donde entra la ética tú decides que haces y que decisión tomas, aunque sea una cultura de sensaciones no debes dejarte llevar como obligación por lo que dicte la sociedad si no por lo que tu veas como ético y no se salga de tus valores, no es darle gusto a los demás, se trata de darte gusto a ti, no ser otra persona por querer pertenecer a un grupo.

1.6. La gran ciudad lugar actual
donde se visibiliza la exclusión social.

Ya hemos efectuado breves indicaciones en los apartados anteriores acerca del "revés de la trama" que supone todo hecho social y cultural. La gran ciudad fascina pero también repele o muestra su faz terrible y repulsiva, inhumana y bárbara. El creyente en Jesús de Nazaret debe ser muy sensible precisamente a este rastro o detritus de sufrimiento e inhumanidad que provoca toda presunta obra humana, aunque venga vestida con los ropajes de la civilización. La barbarie está en el corazón mismo de toda empresa cultural y social, dada la irrebasable ambivalencia de todo lo humano.

La gran ciudad es hoy el escaparate donde podemos ver más claramente la miseria humana y , sin duda, las consecuencias "no deseadas", "colaterales", "incontroladas e imprevisibles" del tipo de sociedad y cultura que estamos construyendo.

Latinoamérica muestra para el visitante europeo una configuración urbana llamativa: por una parte está la maravilla de la ciudad colonial, las impresionantes y modernísimas avenidas de la expansión moderna o las lujosísimas mansiones de los colonias especiales, por otra, contrasta la enorme extensión de las zonas muy populares de los recién llegados, de los asentamientos en los extrarradios de la ciudad o en los lugares más inverosímiles dentro de la propia ciudad. Diríamos que la distribución y ubicación del espacio cumple lo que la sociología urbana ha dicho repetidamente, que expresa y manifiesta las diferencias sociales y hasta la exclusión social en la que viven muchos de los habitantes de las grandes ciudades. La gran ciudad revela plásticamente las enormes desigualdades sociales de este mundo. Queda puesto de manifiesto que esta sociedad en la que vivimos crea no sólo integración sino exclusión social A veces he escuchado que si R. Dahrendorf calcula alrededor de un 15% de "excluidos sociales" en las sociedades del llamado primer Mundo, habría que contar con al menos un 40% de excluidos sociales o cercanos a ello en Latinoamérica.

Más aún, la pobreza del excluido social de la gran ciudad tiene rostro y nombre femenino. Es una mujer que vive sola, a veces hasta enferma, y al frente de un "hogar" con varios hijos que tiene que sostener. La exclusión social penaliza más a la mujer.

Aquí observamos claramente otra cuestión de la ética en donde las desigualdades sociales están en el máximo poder, en donde se excluye a la gente de pocos recursos, se les hace menos, y sobre todo como nos dice éste párrafo de la pobreza en donde la gran ciudad tiene nombre y rostro femenino, la cual es una madre soltera que tiene que vivir con todos estos problemas por sacar adelante a su familia, luchar por conseguir lo mejor que pueda para ellos y sobre todo cargar con los rechazos de la sociedad, y por el solo hecho de ser mujer, en el cual para mi es una manera exageradamente repugnante que se vea a la mujer en la sociedad de esa forma, que no se le valore, que se sea tan poco ética con ella, que se le juzgue y se le trate mal o se le discrimine por no tener un hombre a su lado, cuando hombres y mujeres somos iguales, los hombres no valen más por el simple hecho de que la sociedad lo diga, afortunadamente estos dilemas han cambiado un poco y se le respeta más a la mujer y se le reconoce todo lo que hace, pero son aún pocas las personas que trabajan de esta forma ética.

PAOLA DEL RÍO QUIROZ / MERCADOTECNIA / PRIMAVERA 2009











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